Ya da un montón de vergüenza que te pillen dando un traspiés en la calle… esas miradas de guasa y desaprobación son toda una tortura… Sin casi darte cuenta aceleras el paso, intentando pasar desapercibido (o desapercibida) y pensando que cuanto antes llegues a la esquina y la gires… antes se te acabará el bochorno.
Pero ¿y si tu metedura de pata se hace viral? ¿y si todo el mundo te ve una y otra vez hacer el ridículo en internet? ¿cómo sales a la calle con el convencimiento de que te reconocerán, antes o después, sabrán que has sido tú la que ha salido haciendo el tolai, fardando de super-chupi-de-la-muerte y quedando como una LOL sin remedio????
Éstas tres señoritas eran inconscientes de lo mal que iban a quedar en internet si como podía pasar, ocurrió lo «inesperado»… ¡Plaf, tortazo!